Puntos clave:
Invertir en inmuebles es una de las fórmulas más clásicas y sólidas de obtener rendimientos. Tradicionalmente ha sido considerada como de difícil acceso debido a que es necesario desembolsar una gran suma para adquirir un activo, pero esto ha cambiado.
Actualmente también existen opciones que te permiten invertir en inmuebles con pequeños importes. Ahora bien, tendrás que tener presentes las características y riesgos de este tipo de inversión.
En principio, ser propietario de un activo real te proporciona cierta seguridad. Por muy mal que se comporten los mercados financieros, tienes en tu poder un bien físico con capacidad de generar rendimientos (mediante el alquiler, la venta o simplemente su uso y disfrute).
Inversores de todo tipo tienen a los inmuebles en alta estima debido a su seguridad, ya que el mercado inmobiliario ha sido capaz de sortear crisis y contratiempos. En las últimas décadas ha sufrido unas pocas caídas; pero bastantes menos que otros mercados.
Asimismo, las inversiones inmobiliarias no se limitan a las viviendas residenciales (casas o pisos), puedes invertir en naves industriales, locales comerciales, oficinas, garajes, terrenos, edificios, hoteles, etc. Tienes una gran cantidad de productos a elegir.
Por otro lado, las inversiones en inmuebles presenta otra serie de ventajas:
Antes de nada, debes ser consciente de que el mercado inmobiliario no es tan transparente como la Bolsa de Valores, donde conoces el precio de las acciones en todo momento.
Al invertir en inmuebles es necesario realizar una valoración del activo; y quizá no tengas disponible toda la información que precisas para ello. No hay dos inmuebles con las mismas características y existen muchas variables para determinar su valor.
Por otra parte, no es un mercado líquido. Es decir, en caso de que quieras vender tu inmueble, puede que no encuentres comprador rápidamente y debas bajar el precio para darle salida. Por este motivo, las inversiones inmobiliarias suelen plantearse a largo plazo.
Puedes encontrar buenos inmuebles a buenos precios y conseguir cerrar unas operaciones excelentes. Sin embargo, también tiene una serie de riesgos: inquilinos no deseados, impagos, riesgo de tener el inmueble sin alquilar, problemas en la estructura de la propiedad, etc.
Además, un bien físico requiere mantenimiento. Tienes que considerar este tipo de gastos y restarlos de la rentabilidad que puedes obtener.
Invertir en activos inmobiliarios consiste en comprar un piso para obtener rendimientos mediante el alquiler. O también puedes venderlo al cabo de unos años, cuando se haya revalorizado. Son dos estrategias para invertir en inmuebles perfectamente válidas.
Pero ambas te obligan a comprar la vivienda en cuestión y lo más probable es que tengas que recurrir a una hipoteca para conseguirlo.
Al utilizar la deuda para invertir, aumentas el riesgo de la operación. Puesto que si no generas los rendimientos esperados, puedes tener más gastos en intereses que beneficios.
No obstante, tienes a tu alcance otro tipo de fórmulas para invertir en inmuebles. Algunas de ellas requieren una inversión mínima; al alcance de cualquier inversor:
Cada uno de estos métodos tiene sus peculiaridades, ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, al invertir en acciones de una SOCIMI (Sociedad Anónima Cotizada de Inversión Inmobiliaria), tienes acceso a toda una cartera diversificada de activos inmobiliarios por el precio de unas acciones. Sin embargo, adquieres un activo que cotiza en el Mercado de Valores (con todo lo que conlleva las inversiones en Bolsa).
Para que puedas tomar las mejores decisiones, en Mastering Money te proporcionamos información detallada sobre estas y otras estrategias para invertir en inmuebles. Además de las últimas novedades del mercado, técnicas de inversión y productos innovadores.
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