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¿Qué es un ETF?

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Artículo escrito por: Jose Bastida

Puntos clave:

En este artículo vas a descubrir uno de los productos de inversión más interesantes y populares que existen: los ETFs o fondos de inversión cotizados.

Debido a las ventajas que ofrecen, no es de extrañar que los ETFs hayan experimentado un gran crecimiento en los últimos años. A día de hoy tienes a tu disposición una gran gama para elegir el que mejor se adapte a tus preferencias y tus estrategias inversoras. ¿Te gustaría saber cómo son estos productos? Sigue leyendo.

¿Qué es un ETF?

ETF son las siglas de Exchanged Traded Fund. Se traduce en español como Fondo de Inversión Cotizado y precisamente este nombre indica exactamente de qué se trata: un ETF es un fondo de inversión cuyas participaciones cotizan en una Bolsa de Valores.

¿Y qué es un fondo de inversión? Sencillamente es una cesta de activos (bonos, acciones y otros productos financieros) la cual es seleccionada y gestionada por una empresa, o un conjunto de inversores. De modo que comprando participaciones del fondo, eres propietario, en parte, de la cartera activos.

Cualquier persona adulta puede adquirir participaciones en un fondo de inversión, dado que los fondos de inversión fueron creados para acercar las inversiones financieras al público en general. El hecho de que un fondo esté cotizado y pase a considerarse ETF, facilita aún más el proceso de inversión en el mismo, dado que esto ofrece ciertas ventajas para el inversor que se está iniciando.

Las participaciones de un ETF se compran y se venden en la Bolsa de Valores, al igual que si fueran acciones. Lo cual te permite operar con ellas a cualquier hora, cualquier día; siempre y cuando el mercado en el cual cotizan esté abierto. Esto, sumado a su accesibilidad desde la mayoría de apps de inversión son las principales características de los ETFs y es lo que los diferencia de los fondos de inversión tradicionales.

De hecho, podríamos considerar a un ETF como un activo financiero híbrido. Se encuentra a medio camino entre las acciones de bolsa y los fondos de inversión, lo cual ha ayudado a su incremento de popularidad los últimos años.

Por ejemplo, quizás te hayas planteado invertir en acciones de Amazon, Apple, Microsoft, Netflix, Tesla y otras tantas empresas punteras. Pues puedes hacerlo comprando participaciones de un ETF que tenga como estrategia el crear una cesta con acciones del sector tecnológico, como el NASDAQ100. Todo ello siin tener que realizar tu la selección una a una de las empresas en las que invertir.

Funcionamiento y ventajas de los ETFs

El hecho de estar cotizado en un Mercado de Valores, convierte al ETF en un producto financiero completamente diferente a los fondos de inversión. En principio, la compraventa de participaciones es más fácil y más rápida. Además, la transparencia es mayor, ya que el precio se conoce en tiempo real.

Por lo tanto, con un ETF, un inversor puede desarrollar otro tipo de estrategias (sobre todo a corto plazo). Tiene mayor agilidad y comodidad para negociar que con los fondos de inversión tradicionales.

Con respecto a las acciones, la diferencia es evidente: un ETF es una cartera diversificada y no un valor individual. De este modo, el dinero está invertido en diferentes activos y se reduce de que se generen pérdidas en caso de que alguno de ellos caiga, ya que habrá otros activos que puedan subir de valor o mantenerse, compensando así dicha caída.

Además, tienes la oportunidad de tener exposición a un conjunto de productos financieros. ¿Cuánto capital, tiempo y conocimientos necesitarías para componer una cartera bien construida y diversificada? Comprando una simple participación de un ETF la obtienes.

Tradicionalmente, los ETFs suelen ser carteras de gestión pasiva o gestión indexada (todavía lo siguen siendo en su mayor parte). Esto significa que su estrategia de inversión está basada en reproducir el comportamiento de un índice de mercado.

Los índices, son sólo una media (más o menos elaborada) del comportamiento de los valores más importantes y representativos de un mercado financiero. Precisamente fueron creados para medir el comportamiento del mercado en su conjunto.

Así pues, al invertir en un índice, en realidad estás reproduciendo la evolución del mercado. Es decir, sigues al mercado, pero no intentas superar su rentabilidad.

Si el mercado va bien, se obtiene rentabilidad. Sin embargo, en momentos de caídas generalizadas, los productos de gestión indexada pierden valor irremediablemente. Aunque siempre puedes rotar tu inversión hacia otro mercado con mejores perspectivas.

Tipos de ETF

Además de los ETFs de gestión pasiva (indexados), también es posible encontrar ETFs de gestión activa, aunque existen en menor medida.

La gestión activa está basada en construir una cartera con intención de superar el comportamiento del mercado (representado por su índice). Para ello se compran y se venden valores de forma “activa”. Es decir, la cartera o “cesta de activos” puede variar a corto plazo.

En los ETFs de gestión pasiva, se construye la cesta y sólo cambia cuando lo hace el índice de referencia.

Sin embargo, esta no es la única clasificación que existe. Hay otros tipos de ETFs.

ETFs físicos

Se trata de aquellos que componen su cartera mediante la compra física de los activos y los mantienen en su poder. Comprar los mismos valores que componen un índice (o una muestra representativa de los mismos) es la estrategia más clásica para seguir de cerca su comportamiento.

Un buen ejemplo de este tipo de ETFs sería el Lyxor IBEX 35, el cual realiza una réplica directa del índice más importante de la Bolsa de Valores española (el Ibex 35).

ETFs sintéticos

Los ETFs sintéticos no tienen las acciones, bonos u otros productos realmente en sus carteras (no los compran físicamente), sino que invierten en ellos a través de instrumentos derivados complejos.

Por ejemplo, el Xtrackers CSI 300 Swap invierte en valores y utiliza contratos de permutas financieras (swaps) para reflejar la evolución del índice CSI300 (compuesto por 300 acciones de empresas que cotizan en la Bolsa de Shanghái y la Bolsa de Shenzhen).

ETFs de renta variable

Estos ETFs construyen su cartera principalmente con acciones de empresas. Si son ETFs indexados, reproducen el comportamiento de un índice bursátil.

El ejemplo más significativo sería uno de los ETFs que siguen al Standard & Poor’s 500 (el más representativo de la Bolsa de Estados Unidos). Por ejemplo, el iShares Core S&P 500.

Si te preguntas por qué los ETFs tienen nombres tan raros, se debe a que cada sociedad gestora (la empresa de servicios financieros que lo pone en funcionamiento y lo administra) nombra a su producto según su criterio.

El primer nombre suele hacer referencia a la propia sociedad gestora. Por ejemplo, en este caso se trata de un ETF de iShares: la plataforma de gestión pasiva de BlackRock (la mayor sociedad gestora de activos del mundo).

ETFs de renta fija

Su cartera está compuesta por bonos u otros títulos que representan deuda (como obligaciones, pagarés de empresa o Letras del Tesoro). Las acciones no están presentes en su cartera o, si lo están, es en una minoría.

También existen índices que miden el comportamiento de los mercados de renta fija, como puede ser el Bloomberg Barclays Euro Treasury 50bn 1-3 Year Bond Index.

Por decirlo de un modo sencillo, este índice representa el mercado de bonos de los países de la Unión Monetaria Europea con un vencimiento entre 1 y 3 años. Se trata de una cesta de bonos diversificada, principalmente compuesta por activos de deuda del gobierno italiano, francés, alemán y español.

ETFs de materias primas

Estos ETFs invierten de forma física o sintética en productos agrícolas, oro, petróleo, gas, etc. De esta forma, ofrecen a los inversores tomar exposición a este tipo de inversiones.

Un ejemplo de este tipo de fondos cotizados podría ser el Invesco Bloomberg Commodity. Este ETF tiene como objetivo seguir al Bloomberg Commodity Index: un índice que incluye los 4 principales sectores de materias primas (energía, agricultura, metales preciosos y metales industriales). La diversificación está servida.

ETFs sectoriales

Como su nombre indica, construyen sus carteras con acciones de un determinado sector económico (por lo menos la mayor parte de su cartera).

También existen índices sectoriales, al igual que existen índices globales (compuesto por activos que cotizan en varios mercados mundiales y no en una zona concreta). En realidad, puedes encontrar una gran cantidad de índices y, por lo tanto, de ETFs que reproducen su evolución.

Por ponerte un ejemplo de un ETF sectorial interesante, si tienes preferencia por la tecnología, el SPDR® MSCI World Technology te ofrece la posibilidad de tener una cartera de acciones de empresas tecnológicas de todo el mundo.

ETFs que pagan dividendos

Los ETFs también perciben los dividendos o intereses de los activos que tienen en cartera.

Sin embargo, la pregunta es ¿reparten los dividendos entre los partícipes o se quedan en el fondo para aumentar el patrimonio? Lo cierto es que puedes encontrar ambos tipos de ETFs. Por ejemplo, el iShares MSCI USA Quality Dividend ESG es un ETF que distribuye los dividendos entre entre los inversores semestralmente.

¿Y los ETFs de Bitcoin?

Sí, existen ETFs que invierten en Bitcoin. Además, también puedes invertir en ETFs de Bitcoin al contado. Es decir, aquellos que invierten en la criptomoneda de fomra real.

Aunque no siempre fue así. Bitcoin no cotiza en un mercado oficial, era difícil que las autoridades financieras permitiesen a las entidades comprarlo físicamente. Para conseguir exposición a este activo financiero en Estados Unidos se utilizaban futuros sobre Bitcoin.

Sin embargo, el pasado 10 de enero de 2024 la Securities and Exchange Comission (SEC) dio el visto bueno para el lanzamiento de los primeros ETFs que emitian sus participaciones con el respaldo de bitcoins reales. Grandes gestoras como BlackRock, Fidelity, Franklin Templeton, Invesco o Widsomtree lanzaron un fondo cotizado de esta especie.

La cuestión es que estos los ETFs sobre Bitcoin al contado ya existían en Europa y Canadá, pero la aprobación por parte de la SEC fue un acontecimiento importante debido que facilitó la entrada de los inversores institucionales al mercado cripto.

¿Cómo invertir en ETFs?

Si los ETFs son fondos de inversión cotizados, como es natural, tendrás que acudir a la Bolsa de Valores para invertir mediante la compra de participaciones.

No obstante, para poder invertir en ETFs es necesario que abras una cuenta con un bróker. El bróker atenderá tus órdenes de compraventa y depositará las participaciones del fondo cotizado en tu cuenta, donde podrás realizar un seguimiento de su valor de mercado día a día. Ten en cuenta que estos agentes aplican sus tarifas en forma de comisiones.

Contratar los servicios de un bróker y comenzar la operativa con ETFs es más sencillo de lo que puedas imaginar, ya que existen brókers que trabajan íntegramente de forma digital. Son los llamados neobrókers y te proporcionan todo lo necesario para que la inversión sea comprensible, con unas bajas comisiones y herramientas tecnológicas de vanguardia. De modo que puedes invertir desde 1€ desde una aplicación en tu smartphone (ya que permiten la compra fraccionada de activos financieros).

Existe un gran abanico de ETFs en los que puedes invertir. No obstante, como cotizan en bolsa, además de analizar quién es el gestor, cuál es la estrategia de inversión, en qué mercados invierte, cómo compone su cartera y sus principales activos, también puedes analizar el comportamiento de su precio en un gráfico de cotizaciones.

Como para ello debes adquirir cierta formación en el análisis de los mercados financieros, siempre se suele recomendar a los inversores novatos que comiencen por aquellos ETFs diversificados y con un histórico de rentabilidades positivo. Algunos ejemplos de ETFs con estas características son el Vanguard S&P 500 o el iShares Core MSCI World.

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