Hay una serie de conceptos básicos que todo inversor en bolsa debe conocer y saber qué es un dividendo es uno de ellos. La razón es simple, las alteraciones en los pagos de dividendos influyen en la valoración de las acciones y su comportamiento en el mercado.
Además, es una forma de generar ingresos pasivos y hay más empresas que reparten dividendo entre sus accionistas que las que no lo hacen. De hecho, existen estrategias de inversión especializadas en empresas que reparten dividendos.
Definición de dividendo
Los dividendos son la parte del beneficio que las empresas reparten entre sus accionistas. Es una de las formas que las compañías tienen para premiar a quienes han invertido.
Cuando una compañía obtiene beneficios, puede usar ese capital para reinvertir en el negocio (todas lo hacen) o distribuirlo entre sus accionistas. La parte que no se destina a reinvertir se entrega a los “propietarios de la empresa” recibe el nombre de dividendo.
Normalmente las empresas con más potencial de crecimiento o que operan en sectores tecnológicos tienen más incentivos para reinvertir el beneficio en su negocio. En este caso, el dividendo es menor e incluso puede que no se reparta.
Por el contrario, las empresas de sectores defensivos o más tradicionales tienden a repartir más dividendos para atraer a inversores.
Un ejemplo claro de los dos tipos de compañías y la diferencia en las políticas de dividendos podrían ser Nvidia y Johnson & Johnson, respectivamente.
Al porcentaje del beneficio que una empresa destina a pagar dividendo se le denomina también “payout”.
El dividendo existe tanto en empresas cotizadas como en empresas que no cotizan en bolsa. En ambos casos, el Consejo de Administración propone los términos para el pago de dividendos, pero es la Junta General de Accionistas quien debe aprobarlos.
Cómo se cobra el dividendo
El dividendo se calcula por acción. Por eso al contabilizar los dividendos se habla, por ejemplo, de 0,35 céntimos por acción.
Esto quiere decir que por cada acción que poseas, recibirás 0,35 céntimos como parte del dividendo.
Ahora bien, suponiendo que cada acción te ha costado 5 €, la rentabilidad que obtendrás simplemente por percibir los dividendos periódicamente será del 7% (0,35 / 5 * 100). A esto se le conoce como “rentabilidad por dividendo”.
Tipos de dividendos
Existen diferentes tipos de dividendos en función de su procedencia y de cómo se paguen. Y es que no todos los dividendos se abonan en metálico, es decir, en euros:
- Dividendo ordinario: suelen repartirse periódicamente y provienen de los beneficios obtenidos durante el ejercicio anterior (normalmente el año anterior).
- Dividendo a cuenta: este dividendo es en realidad un anticipo de los beneficios que la compañía espera conseguir. Es decir, se entregan antes de que termine el ejercicio económico.
- Dividendo complementario: se suma al dividendo a cuenta una vez ha terminado el ejercicio y la compañía ya ha cerrado su cuenta de resultados. Es lo que falta por pagar si la empresa ha repartido dividendos a cuenta.
- Dividendo extraordinario: como su propio nombre indica, es un dividendo que no depende de la actividad normal de la empresa. Se puede pagar cuando se venden activos, una parte de la empresa o se consiguen beneficios extraordinarios, por ejemplo.
- Dividendo fijo: este tipo de dividendo no está relacionado con los beneficios ni la cuenta de resultados. Es una cantidad fija que la empresa reparte antes de conocer su resultado y que muchas utilizan como política para atraer a inversores especializados en invertir por dividendos.
- Dividendo en acciones: en este caso, la empresa no entrega dinero a sus accionistas, sino que abona el dividendo en acciones de la compañía. Esto es lo que se conoce como script dividend o dividendo flexible. Lo más habitual cuando una empresa reparte dividendo flexible es que permita elegir a los accionistas cómo quieren cobrar, si en metálico o como acciones.
Cómo afecta el dividendo a la cotización de la empresa
El reparto de dividendos tiene su influencia en el precio de las acciones de la empresa. Piensa que la cotización de una compañía es el resumen de su valor.
Cuando una empresa reparte dividendo, lo que hace es repartir parte de su caja entre los accionistas y ese es un dinero que no podrá usar para crecer.
Esto se traduce en que el precio de la acción suele caer en la misma medida que el dividendo que reparte, aunque esto tampoco es una ciencia exacta ni una regla escrita en piedra.
Por otra parte, si una empresa aumenta sus beneficios, aumenta el dividendo para los accionistas y se vuelve más atractiva. De este modo, su precio en el mercado tiende a subir.
Fechas clave de los dividendos
Si sigues la estrategia de conseguir altos dividendos (para reinvertirlos y aprovechar el interés compuesto) es importante conocer algunas fechas clave:
- Fecha de declaración del dividendo: es cuando la empresa anuncia que pagará el dividendo.
- Fecha de corte: marca el día en el que la empresa hará el cómputo de quiénes son accionistas. En otras palabras, para cobrar el dividendo debes tener acciones de la empresa en esa fecha. Si compras más tarde, no percibirás el dividendo. Así se evitan compras masivas justo antes del pago del dividendo.
- Fecha de pago: que es cuando efectivamente se abonará el dividendo.
Cómo tributan los dividendos
Siempre que inviertas terminarás pagando impuestos, antes o después. Los dividendos no son la excepción.
La fiscalidad de los dividendos depende de cómo lo cobres, aunque siempre formarán parte de las rentas del ahorro en el IRPF.
Los dividendos en metálico (dinero) se integran dentro de los rendimientos de capital mobiliario junto con los depósitos, cuentas corrientes o Letras del Tesoro. En este caso habrá que pagar impuestos al cobrar el dinero.
Por su parte, el dividendo en forma de acciones tributa como una ganancia o pérdida patrimonial, igual que las acciones. Además, este dividendo flexible no se paga al recibir los nuevos títulos. En su lugar, se pagan al vender esas acciones y tributa por la diferencia entre el valor de las nuevas acciones y el precio de venta.
