Si inviertes a largo plazo, el interés compuesto se convierte en tu mejor aliado. Es precisamente de lo que vamos a hablar en este artículo: vas a descubrir qué es y cómo funciona para que puedas aprovecharlo en tu beneficio.
Para invertir tu dinero no es necesario ser experto en economía, sino que basta con entender y aplicar una serie de conceptos básicos. Si no tienes experiencia, lo recomendable es desarrollar una estrategia de inversión a largo plazo que te permita rentabilizar tu dinero sin asumir demasiado riesgo. Por ello es importante que conozcas el funcionamiento del interés compuesto.
¿Qué es el interés compuesto?
Explicado de una forma muy resumida, el interés compuesto es un régimen financiero en el que los intereses se suman al capital y generan nuevos intereses.
Un régimen financiero tan sólo es el conjunto de acuerdos y reglas aplicables a una operación de préstamo o inversión. En este caso, se acuerda que los intereses se acumulen al capital.
En principio, como sabrás, el interés es un concepto financiero de gran importancia. puede definirse como el precio del dinero. Al solicitar un préstamo, debido a que te permiten disponer de un dinero que tienes, se exige que pagues un precio en forma de intereses. Es el beneficio o rendimiento para el prestamista.
Con la inversión sucede algo muy similar, sólo que en sentido contrario. Eres tú el que depositas una cantidad de dinero esperando que te genere una rentabilidad.
Pues bien, si reinviertes los beneficios obtenidos, estás aumentando tu capital y, por consiguiente, tiene mayor capacidad para generar mayores rendimientos.
La rentabilidad de las inversiones se mide a través de un porcentaje y se aplica sobre un capital. Por lo tanto, cuanto mayor es tu capital, mayores son los beneficios (a pesar de que el porcentaje de rentabilidad se mantenga constante).
Aprovechar el interés compuesto, por tanto, es reinvertir los beneficios obtenidos para que en el futuro sean más elevados.
¿Cómo funciona el interés compuesto?
La mejor forma de que comprendas cómo funciona el interés compuesto es a través de un ejemplo práctico.
Supongamos que tienes un capital de 1.000€ para invertir. La rentabilidad anual que obtienes de tu inversión, es de un 8%. En ese caso, en el primer año tendrías un beneficio de 80€.
En ese momento, existen dos opciones:
- La primera, conocida como interés simple, es retirar esos 80€ de beneficio y mantener la inversión inicial de 1.000€. En ese caso, si tu rentabilidad al año siguiente es exactamente la misma, volverás a tener unos beneficios de 80€.
- La segunda, es decir, el interés compuesto, consiste en mantener esos 80€ invertidos, de modo que tu capital de inversión ya no serían 1.000€, sino 1.080€. Suponiendo que el interés del año siguiente sea el mismo, obtendrías el 8% aplicado a un capital de 1.080€. De este modo, tus beneficios en el segundo año pasarían a ser de 86,40€, o sea, más que el primer año.
Manteniendo la segunda estrategia, el capital invertido va creciendo de forma exponencial, de modo que los beneficios de tus inversiones también crecen al mismo ritmo. Así es como funciona el interés compuesto y por este motivo los expertos insisten en sus ventajas.
¿Cómo se calcula el interés compuesto?
La fórmula para calcular el interés compuesto es algo compleja:
Capital Final = Capital Inicial x (1 + Tasa de Interés)tiempo
Puedes consultar nuestra calculadora de interés compuesto para agilizar los cálculos.
Dónde:
- El capital final es el dinero que obtendrás al final de la operación financiera.
- El capital inicial es la cantidad que inviertes (o que solicitas como préstamo).
- La tasa de interés es la rentabilidad obtenida o el interés pactado con el prestamista (que también representa su rentabilidad).
Como puedes comprobar, el tiempo es el factor exponencial (es una potencia). Por esta razón, reinvertir los beneficios, aplicando el interés compuesto, es una estrategia recomendada para los inversores de largo plazo. A mayor tiempo, mayor será la fuerza del interés compuesto.
Ahora bien, además de optimizar la rentabilidad de tus inversiones (la tasa de interés) también puedes aumentar tu capital para conseguir mayores beneficios. Una de las mejores estrategias para conseguirlo es la conocida como Dollar Cost Averaging (DCA).
¿Qué es la estrategia DCA (Dollar Cost Averaging)?
Una vez expuestas las ventajas del interés compuesto, vamos a explicarte cómo puedes combinarlo con la estrategia DCA para hacer que tus inversiones crezcan todavía más rápido.
El Dollar Cost Averaging es una técnica de inversión que consiste en hacer aportaciones periódicas. Pueden ser mensuales, trimestrales, etc.
En resumidas cuentas, se trata de aumentar el capital de forma paulatina a través de inyecciones de (más o menos) la misma cuantía en períodos de tiempo (más o menos) iguales.
Además, esta estrategia es útil para aquellos inversores que no realizan análisis para saber en qué momento conviene o no invertir.
Por ejemplo, si decides invertir en acciones de una empresa determinada, estas suelen subir y bajar de precio. Saber cuál es el mejor momento para entrar en el mercado es difícil. Imagina que realizas toda tu inversión en el peor momento de mercado, justo cuando las acciones o el activo financiero se encuentra en su momento más álgido.
Al diversificar temporalmente las compras, es materialmente imposible que entres al mercado en el peor momento, dado que comprarás a diferentes precios y se promedian entre sí. De esta forma, reduces el riesgo significativamente.
En definitiva, la estrategia DCA es recomendable para los inversores de largo plazo. Si la aplicas, junto con la reinversión de tus beneficios para aprovechar el interés compuesto, conseguirás que tu capital crezca con mayor rapidez. Todo ello sin tener que asumir más riesgo con el fin de obtener mayores rentabilidades.
