El tipo de interés se define como el precio del dinero. Es decir, el precio que pagas por disponer de una cantidad de dinero que no tienes.
Pero, ¿cómo se determina el tipo de interés a pagar? En este artículo te mostramos los factores principales.
¿Qué es el tipo de interés?
Del mismo modo que cuando compras cualquier bien tienes que ofrecer una contraprestación económica, el dinero también tiene un precio. Este precio se determina en forma de porcentaje.
En otras palabras, si solicitas un dinero prestado, además de devolverlo, tienes que abonar la tasa de interés pactada. Del mismo modo, si eres tú el que prestas el dinero, tienes derecho a percibir los intereses por renunciar temporalmente a un dinero que puede generar rendimientos por otras vías.
¿Sobre qué se aplica el porcentaje de interés? Sobre la suma de dinero que interviene en la operación o la cantidad pendiente de devolver.
¿Cuándo se aplica este porcentaje? Normalmente suele estar expresado en términos anuales, pero puede aplicarse sobre cualquier periodo de tiempo. Esta cuestión viene reflejada en el contrato de la operación financiera.
De esta forma, suponiendo que pides un préstamo de 10.000 € a devolver en un año y se pacta un tipo de interés del 8%, al cabo de los 12 meses deberás devolver 10.800 € (10.000 € de capital prestado + 800 € de intereses). Los 800 € sería el precio que debes pagar para disponer del dinero.
¿Cómo se determina el tipo de interés?
Como norma general, el tipo de interés se pacta libremente entre los agentes que intervienen en la operación financiera (prestamista y prestatario). Sin embargo, debido a que existe un mercado de préstamos, depósitos y otras operaciones financieras, suelen estar determinados por la ley de la oferta y la demanda.
Las entidades bancarias son especialistas en este tipo de transacciones, su negocio consiste en conseguir capital por parte del público para prestarlo a particulares y empresas. De esta forma, canalizan el ahorro de unos hacia las necesidades de liquidez de otros y hacen posible que el sistema financiero funcione.
Los bancos también pueden pedir prestado al banco central correspondiente para cubrir sus necesidades de liquidez. El banco central establece un tipo de interés oficial y tiene la capacidad de definirlo libremente en función de las condiciones económicas. En la zona euro, es el Banco Central Europeo.
Si la economía se ralentiza y la inflación baja, el banco central reduce los tipos de interés para que las entidades bancarias puedan solicitar créditos más baratos. De este modo, también pueden prestar dinero a un menor interés y el dinero fluye mejor por el sistema para reactivar la economía.
Por el contrario, si la economía se recalienta y la inflación sube, los bancos centrales pueden aumentar el tipo de interés oficial del dinero para que endeudarse sea más caro y se reduzca el consumo y la inversión.
De este modo, los tipos oficiales son los que marcan los intereses a pagar en primera instancia.
Pero los bancos también se prestan dinero entre ellos en el mercado interbancario. Pero el tipo de interés también viene marcado por la tasa oficial del dinero. Normalmente suelen prestarse a una tasa ligeramente superior que la ofrecida por el banco central.
Así pues, el banco ofrece una tasa de interés mayor si le cuesta más conseguir el dinero en el mercado interbancario.
