Educación Financiera

¿Qué es y para qué sirve un seguro de vida?

Para que sirve un seguro de vida

Minutos de lectura: 7

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Artículo escrito por: Julia Morales

Puntos clave:

Quien más y quien menos sabe qué es un seguro de vida y tiene una idea de para qué sirve. Sin embargo, de ahí a tener claro su funcionamiento, lo que cubren exactamente y cómo utilizarlos en tu planificación financiera, hay una gran diferencia.

Y es que, un seguro de vida puede servir para proteger a los tuyos en caso de fallecimiento, pero también para ahorrar, según el que contrates. Si lees este artículo lo entenderás mejor.

¿Qué es un seguro de vida?

Un seguro de vida es un contrato que garantiza el pago de una cantidad de dinero en caso de fallecimiento o supervivencia del asegurado en una fecha determinada. Esta es la modalidad más habitual y por lo que la mayoría conoce este tipo de pólizas.

La compañía de seguros pagará el dinero que establezca el seguro a los familiares en caso de que fallezcas, entre otras opciones.

Esto convierte al seguro de vida en una herramienta de previsión muy útil con la que comprar tranquilidad financiera si sucede lo peor.

¿Quién interviene en el seguro de vida?

Uno de los errores más habituales con el seguro de vida es pensar en dual: yo contrato y la aseguradora, asegura. En realidad, intervienen cuatro figuras diferentes y es importante saber la función de cada una:

  • El tomador del seguro: que es quien contrata el seguro y paga la prima. Ese puedes ser tú u otra persona que contrate la póliza por ti, como tu pareja o tu empresa.
  • El asegurado: es la persona a la que cubre la póliza y que, normalmente, coincide con el tomador (pero no tiene por qué). Es la persona por la que se pagará un dinero en caso de fallecimiento.
  • El asegurador: se trata de una compañía de seguros, la cual cobra la prima y pagará la indemnización si llega el momento (si se produce el siniestro).
  • El beneficiario: esta es la persona que cobrará la indemnización del seguro. Es el tomador quien elige al beneficiario. No siempre tiene que ser un familiar o una persona allegada. Por ejemplo, en los seguros de vida vinculados a la hipoteca, el beneficiario siempre es el banco.

Tipos de seguros de vida

Los seguros de vida se pueden dividir en diferentes tipologías. Los más comunes son los seguros de vida riesgo y tienen como principal cobertura el fallecimiento del asegurado. Sin embargo, también suelen cubrir riesgos como veremos posteriormente.

Esta modalidad incluye los seguros de vida o de amortización de préstamo, entre otros.

Por otra parte, también existen los seguros de supervivencia, que también suelen incluir la cobertura de fallecimiento.

Como su nombre indica, esta modalidad de pólizas de vida paga un dinero en caso de supervivencia (es decir, orientados a la jubilación). En este tipo es donde entran los seguros de vida-ahorro o seguros de ahorro.

Se trata de seguros de vida enfocados en el ahorro y la inversión, como los PIAS o los Unit Linked e incluso los PPA o Planes de Previsión Asegurados (los planes de pensiones de las aseguradoras).

Este tipo de seguros son una forma de ahorrar e invertir a través de una aseguradora. Básicamente son pólizas de vida que destinan una parte del dinero a la prima del seguro de vida y otra parte la destinan a un plan de ahorro. Es decir, usan el capital que aportes para invertir.

¿Para qué sirve un seguro de vida?

En función del tipo de seguro que contrates, su objetivo puede variar. Los seguros de vida tradicionales se usan para asegurar el futuro de tus seres queridos y el tuyo propio, mientras que los seguros de ahorro tienen un componente de inversión y se utilizan para la constitución de un patrimonio.

La mejor forma de ver para qué sirve y para qué puedes usar un seguro de vida es observando con detalle sus coberturas. En otras palabras, los casos en los que tú o los beneficiarios recibiréis un dinero.

Estas son las tres más importantes que tiene un seguro de vida riesgo:

  • Fallecimiento: es la base del seguro y por la que se paga la cantidad estipulada a los beneficiarios si fallece el asegurado. A este dinero se pueden añadir los gastos de sepelio, aunque en España la mayoría de seguros no lo hacen porque aquí se comercializan seguros específicos de decesos (seguro de entierro). Lo que sí hacen es adelantar parte del capital para hacer frente a los gastos funerarios.
  • Invalidez absoluta permanente: esta cobertura sirve para cobrar una indemnización en caso de que sufras este tipo de incapacidad. Así te aseguras que cuentas con dinero si tienes un accidente que te impide llevar una vida normal o continuar con tu trabajo. Es importante leer bien la póliza para saber qué cantidad se cubre en este caso.
  • Incapacidad: esta cobertura es menos habitual, pero también hay seguros que la incluyen. Es más habitual en seguros de vida para autónomos y cubre la incapacidad para desarrollar tu trabajo de forma temporal o permanente. También hay seguros específicos con esta cobertura.

Con el tiempo los seguros han ido añadiendo otras coberturas que encarecen su precio sin aportar siempre valor añadido. El mejor ejemplo son las coberturas de asistencia médica y segunda opinión médica, que quedan fuera de la utilidad básica del seguro de vida.

¿Qué cantidad necesitas contratar en un seguro de vida?

Debido a que la principal razón de contratar un seguro de vida es asegurar el futuro de tus seres queridos en caso de fallecimiento o invalidez, la cuantía que necesitas contratar dependerá de tus circunstancias personales.

El primer objetivo de la póliza será cubrir tus obligaciones y las de tu familia. Por ejemplo, si tienes una hipoteca, lo adecuado sería tener un seguro de vida por el importe que te queda por pagar. De hecho, la mayoría de entidades te ofrecerán una bonificación en la hipoteca si contratas con ellos este tipo de seguro de vida.

A partir de ahí, ya dependerá de tus circunstancias personales y familiares, así como la estructura de ingresos familiares.

La recomendación general es asegurar una cantidad que sea cinco veces tu salario neto anual. Por ejemplo, una persona con un salario de 25.000 euros firmaría una póliza por valor de 125.000 euros. Así, en términos económicos, dejas a tu familia tiempo suficiente para recuperarse de la pérdida sufrida.

Si tienes niños y quieres asegurar que vayan a la universidad, puede que necesites una cantidad mayor. Lo mismo ocurre si la mayoría de ingresos familiares dependen directamente de ti.

Esa cantidad a asegurar irá descendiendo con el tiempo, según disminuyan tus obligaciones (casa pagada, hijos mayores…). Es lo que se conoce como la teoría de la responsabilidad decreciente.

Como ves, la decisión de contratar un seguro de riesgo y determinar la cuantía que recibirá el beneficiario (el capital asegurado) dependerá de tus necesidades y varía conforme pasa el tiempo. Por ello, es necesario analizar bien la situación para establecer las coberturas precisas, las cantidades correctas y la prima adecuada.

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