Una crisis económica es un término relacionado con la recesión, pero no son exactamente sinónimos.
A continuación, te explicamos exactamente cuáles son las diferencias, cuándo se puede hablar de crisis económica, cuáles son sus principales causas y qué tipos de crisis suelen producirse.
¿Qué es una crisis económica?
En un ciclo económico se produce una crisis de manera periódica, cada cierto tiempo, e implica una reducción de la actividad. Sin embargo, no puede considerarse como una parte del ciclo de manera estricta, puesto que el período en el que se reduce la actividad es conocido como “recesión económica”.
Técnicamente, un país entra en recesión económica cuando acumula dos trimestres consecutivos con un crecimiento negativo del Producto Interior Bruto (PIB). Si esta realidad se prolonga en el tiempo, hablamos de crisis económica.
En definitiva, una crisis es un período caracterizado por la inestabilidad y las consecuencias que se generan por una recesión prolongada y/o profunda. Es un término más amplio y grave. Mientras tanto, una recesión tiende a ser pasajera y presenta menos severidad.
Las crisis económicas son partes intrínsecas a los sistemas económicos capitalistas modernos, de manera que son reacciones naturales y periódicas de la actividad macroeconómica.
¿Por qué motivos se crean las crisis económicas?
Existen numerosos tipos de crisis económica y sus causas son muy diferentes. Para los economistas lo difícil no es dilucidar que se producirá una crisis en el futuro, sino cuándo se producirá y, sobre todo, cuáles serán los motivos o palancas que la desencadenan.
Algunas de las principales causas que dan lugar a una crisis económica pueden ser:
- Crédito y endeudamiento excesivo.
- Burbuja en el precio de algún tipo de activo.
- Falta de regulación financiera.
- Eventos imprevistos en el plano geopolítico.
- Inadecuadas políticas económicas.
- Inestabilidad política.
- Desastres naturales.
También existen numerosas causas de las crisis económicas que parten de la desaceleración, el decrecimiento, la recesión y la depresión económica. Suelen ser de menos a más profundidad y gravedad. Son variables en cuanto a su duración.
Tipos de crisis económicas
Hay tantos tipos de crisis económica como las que se han dado en la historia, pues cada una tiene sus particularidades, su origen, su duración, sus mecanismos de transmisión y contagio.
No obstante, las crisis económicas que se han sucedido a lo largo de las últimas décadas tienen algunos elementos en común.
Crisis cambiaria o crisis de balanza de pagos
Se trata de un tipo de crisis que se desencadena por la desconfianza en la paridad de una moneda de un país. Es decir, el origen es la drástica reducción de la confianza en la paridad fija de una moneda con respecto a otra.
Este tipo de crisis se suele dar en aquellos regímenes cambiarios que tienen implementados regímenes cambiarios de tipo fijo, donde el valor de una unidad monetaria se ajusta según el valor de otra divisa de referencia.
Así, el banco central establece un tipo de cambio y se compromete a mantenerlo en un nivel determinado mediante su política monetaria, sin embargo, la pérdida de confianza en su moneda precipita la crisis.
Este tipo de crisis se ha dado en numerosos lugares del planeta, muchas veces combinada con otros problemas y desequilibrios. Entre las más paradigmáticas, está la crisis financiera asiática de 1997, que se precipitó por una crisis cambiaria en Tailandia.
En estos casos, se produce una crisis de balanza de pagos (cobros, préstamos y pagos en el exterior), cuando un país sufre una drástica disminución en el nivel de reservas exteriores y las reservas internacionales son insuficientes para mantener un tipo de cambio determinado.
Además, con frecuencia, todas estas crisis se inician con ataques especulativos contra el valor de la moneda, dada su falta de credibilidad.
Crisis de deuda pública
Se produce por una acumulación excesiva del volumen de deuda por parte de un país, de manera que, los acreedores, en un momento determinado y por diferentes causas que pueden estar o no justificadas, le retiran la financiación por falta de confianza.
Los costes de la deuda y los intereses empiezan a aumentar para esa economía, la prima de riesgo no deja de aumentar y su deuda se hace cada vez más inasumible. Un ejemplo ha sido la crisis de deuda soberana de la zona euro.
Crisis bancaria
Las crisis bancarias se producen cuando, por algún efecto interno o externo, se genera una crisis de liquidez que puede conducir a una crisis de solvencia y a la quiebra de bancos, con consecuencias importantes para el sistema económico, especialmente si estamos ante bancos sistémicos.
El origen de una crisis bancaria puede ser muy diverso, pero puede estar relacionado con los abusos de activos tóxicos o activos de dudosa calidad, grandes pasivos en balance, excesos y política regulatoria laxa, etc.
Mientras, sus consecuencias pueden ser de enorme gravedad porque suelen incluir la sequía en el mercado de crédito, el cual constituye el riego sanguíneo de una economía.
Crisis económico-financiera
Las crisis económicas, normalmente, no se producen de manera aislada y sus causas se entrelazan con sus consecuencias, creando numerosos efectos en diferentes dimensiones de la economía.
Por eso, lo más habitual es presenciar crisis económico-financieras, en las que el origen puede estar en el sistema financiero o en el sistema bancario y contagiar a la economía real; o viceversa.
En el primer caso, podríamos estar ante la gran crisis de 2008, con el colapso del sistema financiero que produjo una profunda crisis económica. Las consecuencias de la crisis económica incluyen la depresión del consumo e inversión. En este sentido, sus causas pueden incluir excesos que den lugar a burbujas de activos que, tras mantener ciertos sectores muy hinchados, pinchan por la subida de tipos de interés u otro elemento disruptor. Entre los ejemplos, están la crisis de las “puntocom” y la crisis del ladrillo.
En el caso contrario, podríamos estar hablando de un origen en la economía real y contagio al sistema financiero. Por ejemplo, un alto desempleo y una disminución del consumo, que por su gravedad diese lugar a unas expectativas negativas que tuviesen graves consecuencias en los mercados y en el sistema financiero.
