No, el dinero fiat no son monedas de la conocida marca de coches (aunque podría ser). El dinero o monedas fiat es lo que comúnmente conocemos como dinero, por lo menos hasta la aparición de las criptomonedas.
Pero, ¿de dónde surge este nombre? ¿Qué características tiene el dinero fiat? ¿Hay otras formas de dinero? En este artículo descubrirás las respuestas y más.
Definición del dinero fiat
El dinero fiat es la forma de dinero actual, sin respaldo alguno (no está soportado por oro, activo físico u otra mercancía). El término proviene de la palabra latina “fiat” que significa “hágase” o “que así sea” y se puso como apellido del dinero porque es un dinero que existe por imperativo legal, por decreto. Sin embargo, no hay nada detrás.
Para que te hagas una idea, un billete de 10 euros, dólares o cualquier otra de las divisas tradicionales tiene ese valor simplemente porque su banco central dice que vale eso. Los usuarios, por confianza (de ahí el término fiat o dinero fiduciario) asumimos que ese es el valor del dinero como medio de intercambio.
Así pues, un ejemplo de dinero fiat son los euros que tienes en el bolsillo y, en general, cualquier moneda de curso legal. Es un dinero que tiene valor porque quienes gobiernan así lo dictan y mantienen el control sobre su emisión.
Historia del dinero: del trueque al sistema fiduciario
Antes de la aparición del dinero, las personas intercambiaban bienes o servicios directamente. Es decir, yo te doy esto y tú me das lo otro.
El problema es que no todos los bienes tenían el mismo valor y eso dificultaba el trueque. Además, en muchas ocasiones se daba la situación de que la contraparte no estaba interesada en tu producto o servicio. De esta manera, era difícil llegar a un acuerdo.
Por esta razón, como nació el dinero. En sus orígenes eran mercancías (es lo que se conoce como dinero mercancía). Se utilizaban bienes con un valor dado como medio de cambio aceptado. La sal, el oro o la plata son ejemplos de ello.
Las monedas y billetes
Los metales como el oro o la plata aparecieron en forma de monedas. Estas monedas tenían un valor intrínseco por la cantidad de metal que contenían. Las monedas eran acuñadas por el gobierno (el rey), el cual garantizaba su valor. Así fue como el poder político se hizo dueño del sistema monetario.
Posteriormente, los primeros billetes aparecieron como una suerte de cheques, los cuales podías intercambiar por oro en el banco central.
Gracias a esta innovación, se podía viajar sin necesidad de llevar encima ingentes cantidades de pesado metal. Al principio, esa garantía de pago podía ser de un comerciante, pero con el tiempo la banca y los Gobiernos empezaron a respaldarlo. Eso sí, lo hacían con reservas de oro que guardaban a buen recaudo.
El patrón oro era el mecanismo que reguló el sistema monetario internacional hasta la Primera Guerra Mundial. Se denomina así porque el valor de una moneda estaba vinculada a la cantidad de oro que poseía su emisor. En otras palabras, el dinero estaba respaldado por oro.
El nacimiento del dinero fiat
Acontecimientos históricos provocaron que el patrón oro desapareciera por falta de viabilidad. En 1971, el presidente de los Estados Unidos Richard Nixon puso fin al sistema de Bretton Woods y se llegó a una solución más simple: el dinero fiduciario o dinero fiat.
Y ese es el dinero que hay en circulación a día de hoy tras el final del patrón oro. Es un dinero cuyo valor depende de la fe en el sistema.
Aunque, a decir verdad, el concepto de dinero fiat siempre ha estado presente a lo largo de la historia en diversas formas. Las primeras referencias al uso de monedas fiat provienen de China en el siglo XI con la Dinastía Ming. Ya entonces se emitió dinero con el único valor real de la ley que lo respaldaba.
Dinero fiat vs criptomonedas
El dinero fiat, sin un patrón oro, tiene un enorme inconveniente: permite crear moneda de la nada, sin necesidad de que un valor lo respalde.
Para solventar un problema económico, lo único que necesita hacer un Gobierno es imprimir más dinero. Sin embargo, esta no es una solución viable: cuanto más dinero hay en circulación, menor es su valor y puede terminar creando enormes espirales de inflación, entre otras cosas.
El dinero fiat es más fácil manipular la economía para gobiernos y bancos centrales. Por este motivo, ha surgido la alternativa de Bitcoin y otras criptomonedas que aspiran a ser una herramienta monetaria o una reserva de valor.
En el caso de Bitcoin, se creó expresamente con un número limitado de monedas y una emisión controlada, para asemejarse al patrón oro y que fuese una moneda sin inflación.
A esto se suma el concepto de descentralización que permite la tecnología blockchain, que lucha directamente contra el poder de los bancos centrales, que son quienes deciden cuánto dinero imprimen y cuándo lo imprimen.
Todavía está por ver si las criptomonedas sustituirán al dinero fiat o, como parece más probable, se llegará a un ecosistema donde se utilicen ambos tipos de dinero.
