Un activo puede ser cualquier elemento que tenga un valor económico y sea capaz de generar beneficios. No sólo se trata de los activos financieros que probablemente hayas oído hablar. De hecho, los activos financieros son un tipo de activo que puede formar parte del patrimonio de una persona o una empresa.
A continuación, te mostramos qué es un activo en términos generales y, de una forma más concreta, qué es un activo financiero.
Definición de qué es un activo
En términos económicos y de contabilidad, un activo es cualquier bien o derecho que tiene una persona o empresa. Se trata de un recurso que tiene un valor y puede generar beneficios en el futuro.
Existen muchas tipologías de activos. Por ejemplo, un terreno, una nave industrial, maquinaria para producir e incluso las facturas que una empresa tiene por cobrar (es un derecho de cobro).
La clasificación más elemental es la que distingue entre activos que pueden transformarse en dinero líquido a corto plazo y aquellos que no:
- Activos fijos o activos no corrientes: son aquellos activos que permanecen dentro del patrimonio de una empresa o una persona durante un largo período de tiempo (más de 12 meses). No se convierten en dinero a corto plazo y generalmente están relacionados con su infraestructura. Los inmuebles son un buen ejemplo de activos no corrientes.
- Activos circulantes o corrientes: son aquellos que tienen como finalidad convertirse en dinero líquido a corto plazo (en menos de doce meses). Suelen estar relacionados con las necesidades de liquidez que tiene una empresa o una persona para el desarrollo de su actividad diaria. Por ejemplo, el dinero que se tiene en el banco es un activo corriente.
A decir verdad, existen muchas otras clasificaciones de activos, como podrían ser los activos tangibles e intangibles (valor de marca, patentes, propiedad intelectual, etc.). Pero, también podemos distinguir entre activos reales y activos financieros.
¿Qué es un activo financiero y cuáles son sus características?
Un activo financiero es un título valor. Es decir, un documento que incorpora el derecho a recibir ingresos futuros (puede ser una simple anotación en una cuenta en lugar de un documento físico).
Podemos distinguir dos tipos de activos financieros principales (aunque existen otros):
- Acciones de empresas: son títulos que representan una parte del capital social de una empresa (una Sociedad Anónima), por consiguiente, una parte de su propiedad. Su poseedor, como propietario, tiene una serie de derechos políticos (votar en las juntas) y económicos (recibir la parte de beneficios que le corresponde, lo que denomina “derecho al dividendo”).
- Bonos: es un título que representa una deuda. Su poseedor tiene derecho a percibir los intereses pactados y la devolución del dinero prestado al vencimiento del bono.
Su objetivo es proporcionar financiación a las entidades que los emiten y una rentabilidad a los inversores que los compran. Son perfectamente transmisibles. Su poseedor puede venderlo, alquilarlo, hipotecarlo y realizar cualquier tipo de negocio con él. Si se transfiere el activo financiero a otra persona, también se transmiten los derechos que lleva incorporados.
Es más, un activo financiero puede transformarse en dinero fácilmente. Muchos de ellos son negociados en mercados específicos, como la Bolsa de Valores. Por lo tanto, cualquier persona puede comprarlos y venderlos con gran facilidad.
