El interés simple es un concepto financiero básico. Conocerlo puede serte útil para la gestión de tus finanzas personales. Se caracteriza porque se calcula sobre un capital original que permanece inalterable.
En este artículo te mostramos qué es el interés simple con más detalle y cómo puedes calcularlo.
Definición del interés simple
El interés simple es un régimen financiero en el que se establece una tasa de interés determinada sobre una cantidad de dinero (un capital). Sin embargo, a diferencia del interés compuesto, los intereses únicamente se generan en base al capital inicial de la operación.
En principio, definimos el interés como el precio del dinero. Es decir, es lo que se debe pagar por disponer de un dinero que no se tiene. También se puede cobrar si se presta un determinado capital (es lo que ocurre en los depósitos bancarios, por ejemplo).
Los intereses se calculan en forma de porcentaje sobre el montante de la operación de préstamo o depósito. Es lo que se denomina el capital inicial y, en el caso de establecer un régimen de interés simple, los intereses se aplican sobre él.
En el caso del interés compuesto, los intereses que se van generando se adhieren al capital inicial (se capitalizan) y provocan que aumente. De esta forma, el capital inicial crece y tiene capacidad de generar nuevos intereses. Esto no ocurre en el caso del interés simple: el capital inicial permanece constante y los intereses se aplican a esta cifra.
¿Cómo se calcula el interés simple?
Para calcular el interés simple necesitas conocer las variables que intervienen en la operación financiera (un préstamo, un depósito, etc.):
- C: Capital Inicial
- i: Tipo de interés anual (expresado en tanto por uno).
- T: Plazo o tiempo que dura la operación.
¿Cómo se pueden calcular los intereses que se han generado en un determinado período de tiempo?
En el caso de establecer un interés simple, sencillamente multiplicando el capital inicial x la tasa de interés x el tiempo.
I = C x i x T
El tiempo debe ser expresado en la misma unidad de tiempo de la tasa de interés. Es decir, si calculamos el interés anual, el tiempo debe estar representado en años o fracciones de años.
Ejemplo de cálculo del interés simple
Imagina que pides un préstamo de 5.000 € a un año y el banco te aplica un interés del 8%. Al tratarse de un préstamo no superior al año, se suele aplicar el régimen de interés simple.
¿A cuánto ascienden los intereses que tienes que pagar? Aplicando la fórmula del interés simple obtenemos:
- I= 5.000 x 0,08 x 1 = 400 €
En total deberíamos pagarle al banco 5.400 €. Este sería el capital final de la operación (CF = C +I).
¿Y si en lugar de un año el préstamo se concede a 9 meses? En este caso deberíamos hacer conversiones para que el tiempo y el interés estén expresados en la misma unidad temporal (días, meses o años).
Un año son 360 días (a efectos comerciales). Así pues, 9 meses serían 270 días. En fracciones anuales, 10 meses serían 0,75 años (270/360).
Por lo tanto, la fórmula sería:
I= 5.000 x 0,08 x 0,75 = 300 €
