¿Pasan los edificios algún tipo de inspección con el paso del tiempo para garantizar su seguridad? La respuesta se encuentra en la Inspección Técnica de Edificios (ITE), un procedimiento fundamental para garantizar el bienestar y la seguridad de las construcciones con cierta antigüedad.
En este artículo vas a descubrir qué edificios tienen que pasar la ITE, cuándo se debe de pasar, cuánto cuesta, qué ocurre si no se realiza y cómo tramitar el certificado de la ITE paso a paso.
¿Qué es la ITE y por qué es importante?
La sigla ITE corresponde a «Inspección Técnica de Edificios», un procedimiento esencial para garantizar el buen estado de construcciones con cierta antigüedad, de manera similar a las inspecciones técnicas de vehículos (ITV).
La ITE es realizada por expertos como arquitectos e ingenieros e implica una inspección presencial del edificio, evaluando elementos clave como fachada, fontanería, estructura y eficiencia energética.
El profesional encargado determina si el edificio está en buen estado o identifica posibles daños.
En caso de cumplir con los estándares, se emite un certificado de aptitud. De lo contrario, se detallan las deficiencias en un informe técnico, pudiendo llevar a la necesidad de reformas e incluso demolición en situaciones extremas. Por tanto, la ITE es un sistema de control y garantía para la conservación y rehabilitación adecuada de los edificios para garantizar la seguridad.
¿Qué edificios tienen que pasar la ITE?
La Inspección Técnica de Edificios es un requisito obligatorio para construcciones y viviendas unifamiliares con más de 50 años, debiendo someterse a ella cada 10 años en términos generales.
Sin embargo, esta periodicidad puede variar según la normativa de comunidades autónomas. Por ejemplo, en Cataluña la ITE es obligatoria a los 45 años.
Un ejemplo de la obligatoriedad de la ITE sería cuando un propietario busca acceder a ayudas públicas para obras de conservación, accesibilidad o eficiencia energética.
¿Las viviendas tienen que pasar la ITE?
En términos generales, desde 2012 las viviendas unifamiliares y multifamiliares destinadas a uso residencial deben someterse a la Inspección Técnica de Edificios (ITE) en los mismos términos si el municipio tiene más de 25.000 habitantes.
Sin embargo, hay excepciones y variaciones en la obligatoriedad de la ITE según la regulación de cada comunidad autónoma y municipio.
Se debe revisar la normativa local y autonómica para conocer los requisitos específicos que aplican a las viviendas en cada área.
¿Cuándo se debe pasar?
La Inspección Técnica de Edificios (ITE) se vuelve obligatoria cuando es solicitada por la Administración. Por lo general, esta exigencia se aplica a edificios con más de 50 años de antigüedad ubicados en localidades con una población superior a 25,000 habitantes, y su renovación debe llevarse a cabo cada 10 años.
Sin embargo, tanto la antigüedad mínima requerida como el intervalo de renovación pueden variar entre diferentes Comunidades Autónomas y municipios, ya que poseen la autoridad para regular las normativas relacionadas con la ITE. Además de cumplir con requisitos legales, la ITE resulta beneficiosa al solicitar ciertas subvenciones, ya que se convierte en un documento necesario para acceder a ayudas públicas destinadas a la rehabilitación.
¿Quién la hace?
La Inspección Técnica de Edificios (ITE) es realizada por técnicos especializados, como arquitectos, ingenieros, aparejadores, entre otros. Estos profesionales llevan a cabo una inspección detallada de los edificios que cumplen ciertos requisitos de antigüedad, evaluando todos los aspectos (fachada, fontanería, saneamiento, accesibilidad, cimientos y otros elementos).
La ITE se lleva a cabo mediante una visita presencial al edificio para determinar su estado y decidir si se requieren reformas.
En caso de que el inmueble cumpla con todas las especificaciones, se aprueba la ITE y se emite un certificado de aptitud a los organismos correspondientes.
Por otra parte, si se detectan deficiencias, se reflejan en un informe técnico. En casos graves, puede que haya que realizar un proyecto de reforma o incluso proceder a la demolición.
¿Qué pasa si no se realiza la Inspección Técnica de Edificios?
La realización de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) debe realizarse tanto por obligación administrativa como para garantizar la seguridad y bienestar de los habitantes. No llevar a cabo la ITE o no obtener un resultado «Apto» puede acarrear consecuencias graves para la comunidad.
Además de su función de control, la ITE proporciona información valiosa sobre el estado de los edificios y ofrece recomendaciones para mejoras, abarcando preocupaciones como la accesibilidad y la eficiencia energética.
En el primer caso, la Administración puede imponer sanciones económicas severas a la comunidad por no contratar a un profesional que realice la inspección.
En el segundo caso, aunque se haya seguido el procedimiento correcto, la comunidad debe comprometerse a realizar las reparaciones indicadas en el informe en el plazo establecido por la ley y el profesional redactor del informe.
Por lo tanto, la ITE juega un papel fundamental en determinar si un edificio cumple con los estándares de seguridad requeridos.
La falta de cumplimiento con los plazos para presentar la ITE puede resultar en sanciones económicas elevadas, que en algunos casos pueden alcanzar los 20.000 €.
¿Cuánto cuesta?
La determinación del costo de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) en viviendas unifamiliares es un aspecto que varía y se debe consultar, ya que los precios no están fijados por la normativa.
Cada técnico puede establecer sus tarifas libremente, considerando factores como el tipo de inmueble, sus dimensiones, características, antigüedad y estado.
En el caso de viviendas unifamiliares, los gastos asociados a la ITE tienden a ser inferiores en comparación con los edificios multifamiliares. Estos costes pueden rondar los 200 euros, aunque es importante tener en cuenta las tarifas específicas que apliquen los profesionales en el mercado.
¿Cómo tramitar el certificado de la ITE?
El proceso para tramitar el certificado de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) generalmente sigue estos pasos:
- Contratar a un profesional habilitado: la ITE debe ser realizada por un técnico competente, como un arquitecto, ingeniero o aparejador. Contratar a un profesional con la habilitación correspondiente es el primer paso.
- Visita técnica al edificio: el técnico realiza una visita al edificio para inspeccionar diferentes aspectos, como fachadas, instalaciones, estructuras, etc.
- Elaboración del informe técnico: con los resultados de la inspección, el profesional redacta un informe técnico detallado que evalúa el estado del edificio, identifica posibles deficiencias y establece una serie de recomendaciones.
- Entrega del certificado a la administración: una vez completado el informe, se presenta el certificado de la ITE a la Administración correspondiente. Algunas comunidades autónomas pueden contar con plataformas digitales para este trámite.
- Aprobación o rechazo de la ITE: la Administración evalúa el informe y decide si aprueba la ITE o la rechaza. En caso de aprobación, se emite un certificado de aptitud. Si se detectan deficiencias, se establecen plazos para realizar las correcciones.
- Notificación a los propietarios: los propietarios son notificados sobre el resultado de la ITE y, en caso de deficiencias, se les informa sobre las acciones correctivas requeridas.
- Realización de las reparaciones: en el caso de deficiencias, los propietarios deben proceder a realizar las reparaciones dentro de los plazos establecidos.
¿Y si el informe ITE es desfavorable?
Cuando el informe de la Inspección Técnica de Edificios (ITE) tiene un resultado desfavorable, es esencial entender las implicaciones y los pasos a seguir. En primer lugar, un informe desfavorable indica que el edificio presenta deficiencias o problemas que requieren atención.
Ante esta situación, la Administración establecerá un plazo para realizar las correcciones necesarias.
Los propietarios deben tomar medidas para subsanar las deficiencias identificadas, ya que no hacerlo puede resultar en sanciones económicas significativas. Es crucial contar con el respaldo de profesionales cualificados para llevar a cabo las reparaciones de manera efectiva y conforme a las normativas vigentes.
Una vez completadas las correcciones, se debe solicitar una nueva inspección para verificar que el edificio cumple con los estándares requeridos. La superación de esta segunda inspección conducirá a la aprobación de la ITE, demostrando que se han abordado adecuadamente las deficiencias.
