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Clases de fondos de inversión

Qué son las clases en los fondos de inversión

Minutos de lectura: 7

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Artículo escrito por: José Trecet

Publicado: 8 octubre, 2024

Puntos clave:

El mercado de los fondos de inversión es muy amplio y ofrece infinidad de posibilidades para cada perfil de inversor. Tanto es así que un mismo fondo puede comercializarse con distintas características. Cada uno de estos formatos son las diferentes «clases» de un fondo.

En este artículo te mostramos los tipos de clases que puede tener un fondo de inversión para que puedas distinguirlas y tomar mejores decisiones a la hora de invertir tu dinero.

¿Por qué hay diferentes clases de fondos de inversión?

Las clases de los fondos de inversión diferencian alguna característica clave de un mismo fondo. Un buen ejemplo sería un fondo de renta variable que invierte en acciones. Una clase del fondo podría repartir dividendos y otra acumularlos.

La estrategia de inversión sería la misma y solo cambiaría ese detalle. Una clase de fondo de inversión se diferencia de otra en aspectos como: la divisa, reparto de dividendos, la inversión mínima, entre otros.

Además – y esto es importante – las comisiones del fondo también pueden variar de una clase a otra y esto afecta a su rentabilidad.

Por otra parte, cada clase de un mismo fondo de inversión posee su propio número ISIN, que permite la diferenciación con el resto. Un código alfanumérico de 12 caracteres que lo identifica a nivel internacional.

El ISIN está asociado a una determinada emisión de participaciones, no al propio fondo. Por este motivo, cada clase tiene un ISIN diferente.

Clases de fondos de inversión según el tipo de inversor

Es posible distinguir las clases de fondos de inversión según el tipo de cliente al que se dirigen y del dinero que se quiere invertir.

Las sociedades gestoras (entidad que crea y administra el fondo) diferencian las clases incorporando con una letra o indicaciones al final del nombre del fondo. Pero en este aspecto cada gestora tiene sus propias reglas y las letras que utilizan pueden ser diferentes de una gestora a otra.

Por ejemplo, la mayoría de los fondos de inversión poseen, al menos, una clase dirigida al inversor particular (retail). Se caracteriza porque exige un importe mínimo para invertir más reducido, pero con comisiones más elevadas.

Muchas gestoras identifican la clase minorista con la letra R (de Retail). Sin embargo, hay otras que utilizan la letra A, así como cualquier otra.

Del mismo modo, un fondo podría tener una o varias clases dirigidas a los inversores institucionales y a los inversores de banca privada. Estas clases suelen tener un importe de entrada más elevado y unas comisiones de gestión más reducidas.

Algunas gestoras recurren a la letra P (private) para referirse a la clase de fondos dirigida a inversores con patrimonios más elevados.
Para identificar la clase institucional, muchas gestoras suelen recurrir a la letra I.

También pueden tener la clase «Cartera”. Este tipo de participaciones sólo se pueden las puedes suscribir si tienes contratados los servicios de gestión discrecional de una cartera de fondos (el banco te ofrece una cartera de fondos y se encarga de su gestión).

En el caso de España también puede hablarse de la “clase E” de fondos de inversión. Sus orígenes están en la entrada de las primeras gestoras internacionales de fondos en el país. Temerosos de perder parte de su poder, el oligopolio bancario les obligó a crear la clase E, con costes de inversión mucho más elevados.

Clases de fondos de inversión según el riesgo de divisas

En fondos que invierten a nivel internacional, es normal comprar bonos, acciones o cualquier otro activo en monedas diferentes al euro.

De hecho, hay fondos europeos que invierten en el mercado americano y operan en dólares. Al hacerlo, asumen un riesgo de divisa, que viene dado por los cambios en el precio de la moneda.

Para evitarlo, existen clases de fondos que buscan proteger a los inversores de los cambios de precio en el mercado de divisas. Son conocidos como letra H o la palabra “Hedged”. De no tener la divisa cubierta, la variación del tipo de cambio podría llegar a afectar a la rentabilidad final.

En todo caso, tanto si cuentan con protección o no en sus divisas, los fondos de inversión pueden tener diferentes clases en divisas distintas. De este modo, podría haber una versión en un fondo de bolsa de EE. UU., pero en euros y sin tener la divisa cubierta (simplemente se trata de que realizas la compra en euros y no en dólares).

El riesgo de tipo de cambio es relevante a la hora de realizar una inversión en activos internacionales, puesto que puede impactar en su rentabilidad (incluso puede marcar la diferencia entre obtener ganancias o pérdidas).

Clases de fondos de inversión según el reparto de dividendos

Es importante matizar que los fondos de inversión pueden tener, según su política de reparto de dividendos:

  • Una clase de acumulación (Acc.): los dividendos se reinvierten en el propio fondo.
  • Una clase de distribución (Dis o Inc.): los dividendos se reparten entre los partícipes.

Con los fondos de reparto -o distribución – puedes conseguir unas rentas periódicas, pero también tienes que pensar en la fiscalidad de estos rendimientos, puesto que tributa igual que si recibieras los dividendos o los intereses directamente (con la correspondiente retención del 19%).

En cualquier caso, a fin de cuentas, si inviertes a largo plazo, te interesa que se reinviertan los intereses/dividendos automáticamente para aprovechar el interés compuesto.

Clases limpias vs clases sucias

Para explicar las clases limpias de los fondos de inversión es preciso hablar primero de las “retrocesiones”: un un dinero que la gestora paga al banco (u otro agente financiero) por comercializar sus fondos de inversión. A través de las retrocesiones, la gestora comparte la comisión de gestión que cobra al partícipe con el distribuidor.

La retrocesión tiene implicaciones para el partícipe, bien sea porque crea un conflicto de intereses, aumenta la comisión de gestión o ambas cosas al mismo tiempo:

  • La gestora comparte un porcentaje de su comisión: por ejemplo, si la comisión de gestión es del 1%, le cedería un 0,25% al banco o al asesor financiero con el cual suscribes las participaciones. En este caso, tú no pagas ninguna comisión de más, pero sí que existirá un claro conflicto de intereses a la hora de recibir asesoramiento. A fin de cuentas, si un banco o asesor gana con un fondo 0,2% y con otro 0,5% ¿Cuál crees que te recomendará?
  • Aumenta la comisión de gestión del fondo para pagar al banco: que es lo que suele ocurrir. Así pues, en lugar de cobrar un 0,7%, te cobrará un 1,2% y ese 0,5% de diferencia es lo que se queda el comercializador.

Sin embargo, las clases limpias de los fondos de inversión son aquellas que se comercializan sin ningún tipo de retrocesión. Así pues, la gestora no pagará comisiones a quienes distribuyen sus fondos. Esto se traduce a que este tipo de clases suelen tener una comisión de gestión más reducida.

Cada gestora identifica sus clases limpias con una letra diferente. Por ejemplo, Invesco utiliza la Z (al igual que AXA Investment Managers). Schroders utiliza la letra C, Fidelity la Y, BlackRock la clase D, etc.

Todas las gestoras trabajan con diferentes clases de fondos de inversión con el objetivo de adaptarse al cliente final y ofrecerlos a diferentes comercializadoras. A esto se le suma que muchas gestoras también tienen una clase para que otras entidades vendan sus fondos.

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