Los smart contracts o contratos inteligentes son programas ligados a la tecnología blockchain (utilizada por las criptodivisas) y se ejecutan cuando se producen ciertos hechos o se cumplen ciertas condiciones.
Un smart contract va más allá de Bitcoin o las monedas digitales. De hecho, muchos de los tokens que habitualmente denominamos criptomonedas son en realidad proyectos que usan smart contracts para distintos fines. Gracias a ellos es posible programar aplicaciones descentralizadas (DApps) que se ejecutan en la cadena de bloques.
¿Qué es un smart contract?
Los smart contracts son fracciones de código informático almacenadas en la cadena de bloques o blockchain que ejecutan automáticamente acuerdos establecidos entre dos o más partes cuando se cumplen las condiciones requeridas.
En otras palabras y para que los entiendas mejor, son programas informáticos que se ejecutan por sí mismos y de manera automática. Por ello, permiten establecer contratos sin la necesidad de que intervenga un tercero que garantice el cumplimiento de las condiciones acordadas. De esta manera, se eliminan los intermediarios en las operaciones.
Estos contratos inteligentes se ejecutan dentro de una cadena de bloques, que es como un registro público compartido y descentralizado de transacciones. Gracias a la blockchain, las transacciones y registros de información cuentan con una capa de seguridad adicional, porque para que cualquier cambio tenga efecto, debe registrarse en todos y cada uno de los usuarios de la red para formar un nuevo bloque.
Si se cambia la información del bloque de forma unilateral, la cadena de bloques se rompe y los bloques que se generen a partir de ese momento no serán válidos .
De esta forma, el cometido de los smarts contracts es claro: ejecutar un acuerdo entre partes que no puede ser manipulado al encontrarse en la blockchain.
¿Cómo surgen los smart contracts?
La historia de los smart contracts es reciente, pero anterior a su puesta en marcha. El concepto de contrato inteligente se atribuye al criptólogo Nick Szabo, que mencionó por primera vez este tipo de protocolos informáticos en un artículo de 1995.
Dos años más tarde, en 1997 desarrollaría con más profundidad la teoría que hay detrás de los smart contracts en un nuevo documento.
Por desgracia, la tecnología del momento no permitía realizar transacciones programables ni existía un sistema digital nativo capaz de procesarlas. El nacimiento de Bitcoin y el uso de la blockchain (una idea de 1991) posibilitaron su creación.
¿Cómo funciona un contrato inteligente?
Los smart contracts son una de las aplicaciones más potentes que existen en la cadena de bloques.
La forma más sencilla de pensar en ellos es como un sistema “si se cumple X, entonces pasará el suceso Y” que se escribe en el código de la cadena de bloques.
Cuando se produce el suceso “X”, el contrato verifica que se dan todas las condiciones pactadas y ejecuta la acción necesaria para que suceda “Y”.
Otra forma de verlo es pensar en la típica máquina de vending donde el suceso “X” sería introducir dinero y pulsar el número 32 y la consecuencia “Y” que recibas un refresco. Algo parecido es lo que hacen los smart contracts, sólo que con transacciones más complejas y dentro de la cadena de bloques, lo que hace que la transacción se registre como un bloque dentro de la blockchain, lo que aumenta su seguridad.
Beneficios de los smart contracts
Las principales ventajas de los contratos inteligentes desde un punto de vista empresarial y también para un uso general pasan por:
- Autonomía: puesto que son contratos que no necesitan de validación ni supervisión humana. Se ejecutan automáticamente cuando se dan las condiciones.
- Confianza: ya que al estar escritos en código no dan pie al error humano.
- Transparencia: debido a que los datos están almacenados en la blockchain, son públicos y visibles para todos los participantes.
- Mayor seguridad: dado que se ejecutan dentro de la tecnología blockchain (en realidad, más que el smart contract, es la tecnología en la que se sustentan quién provee el componente de seguridad).
- Mayor velocidad: en la ejecución de procesos por estar automatizados.
- Reducción de costes: porque se eliminan intermediarios y muchos gastos operativos.
Aplicaciones de los smart contracts
Las aplicaciones de los contratos inteligentes son enormes y abarcan diferentes sectores.
Por ejemplo, en el ámbito de la financiación e inversión en empresas, se puede acordar que se libere o entregue una determinada cantidad de dinero al alcanzar un hito y que esto suceda de forma automática con un smart contract.
En contabilidad se pueden aprovechar para eliminar errores y evitar la manipulación del registro contable a través de la blockchain, mientras que en una cadena de suministros puede mejorar los tiempos de respuesta porque ciertas gestiones se harían automáticamente a través del contrato.
En el caso de la inversión inmobiliaria, un smart contract puede cubrir parte del papeleo al comprar una casa. Basta con tokenizar la vivienda en la cadena de bloques, de manera que la escritura de la vivienda quedaría en depósito hasta que el comprador presentase la información y realizase el pago. Incluso también se puede marcar con un smart contract el esquema de pagos, de forma que no pueda cancelarse.
También pueden aplicarse en el mundo de los seguros. A fin de cuentas, una póliza de seguros es un contrato donde la aseguradora pagará una indemnización si se da uno de los supuestos marcados. Es decir, “si o cuando se produzca “X” pago o hago “Y”. Un contrato inteligente permitiría ejecutar automáticamente los términos de la póliza sin que pudieran manipularse.
Plataformas de smart contracts
Para ejecutarse con seguridad, los contratos inteligentes aprovechan plataformas de blockchain. Es fácil que al oír el nombre te venga a la cabeza Bitcoin como la más importante. Lo cierto es que Bitcoin es la criptomoneda más importante, pero no la red más relevante.
Ese honor está reservado para Ethereum, que es sobre la que más proyectos de cripto se ejecutan por delante de otras como Solana, Cardano, EOS o Hyperledger Fabric.
De hecho, fue el ecosistema Ethereum (concretamente la Ethereum Virtual Machine) el que desarrolló los smarts contracts.
